enero 20, 2025 |
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Violadores en serie de RD: «Quítate la ropa perra y dame todo lo que tienes, si no te voy a matar» Desde 2020 se han capt

Desde el año 2020, las autoridades de República Dominicana han capturado al menos a ocho violadores en serie, de los que se conocen casi 40 víctimas de su barbarie. Tan sólo en 2024 se han judicializado a cuatro violadores en serie, con más de 30 víctimas implicadas, todas ellas mujeres. «Quítate la ropa perra y dame todo lo que tienes, sino te voy a matar», relató una de ellas sobre el violento incidente.

Estos casos no tienden a ser destacados por las autoridades y muchas veces las acciones de un violador en serie se conocen cuando el individuo es atrapado. Los testimonios de las víctimas, contenidos en los reportes de la justicia, son horrendos.

Los hechos

Un 1 de julio de 2021, María Altagracia se encontraba en la Avenida Hípica. En la parada esperaba a un vehículo, pero llegó un hombre montado en un motor. Con ropas parecidas a las de un guardia o policía, éste le dijo dijo que se subiera, pues le iba a dar una bola. Ya en el motor, comenzó a llover. Después de una breve parada, en el camino a la orilla del mar, él se paró a buscar unos pescados.

De vuelta al motor, el conductor le dijo que era un atraco. «Me quitó el teléfono, me tiró al piso, yo estaba recién parida y le dije que tenga misericordia», relató Altagracia, quien un mes antes de lo ocurrido había dado a luz.

Ya en el suelo, el motorista le metió un palo en las partes a la víctima, mientras éste se agarraba el miembro. «Me quería levantar pero no me dejaba, me dijo cosas feas», afirmó Altagracia, nombre ficticio para ocultar su identidad. Terminado ya, se llevó la cédula de identidad, el celular y 300 pesos en efectivo. Ese día la enterraron en vida.

10:50 de la mañana del 7 de agosto de 2021. Mercedes Sánchez se encontraba en la avenida de Las Américas de camino a su trabajo como guardia de seguridad. Esperando al vehículo, que le llevaría hasta el Muelle de Caucedo, llegó también una persona en motocicleta.

Éste comenzó a hablar con Sánchez, comentándole que él iba al Aeropuerto de Las Américas y que, si ella quería, le encaminaría. Como muestra de confianza, el hombre le mostró un carnet de militar, además, vestía un pantalón de guardia liso, azul oscuro y botas de militar. Ella, confiada por las apariencias, se montó. Durante el camino conversaban. Él le preguntaba si iba armada, si su esposo se ponía celoso. En un momento dado, él se paró con la excusa de que iba a recoger unos pescados para llevarle al coronel.

Sánchez rechazó la oferta y respondió pidiéndole que le dejara ahí mismo, a lo que él hombre le dijo que la podían atracar. Se metió en unas matas y cuando volvió comenzó el terror.

Agrediéndola verbalmente, le dijo que era un atraco: «quítate la ropa perra, dame lo que tienes, dame la tarjeta y dame la clave, si no te voy a matar», le dijo el motorista. Con una mano le apuntaba, poniéndole un cuchillo en el cuello, y con la otra le bajó los pantalones a Mercedes.

«Me violó, se puso un preservativo, (…) cuando terminó me quise ir, me desmayé», relató Sánchez. Con un golpe en la cabeza, ella quedó inconsciente y él abusó sexualmente, despertó desnuda en la playa. Ese día la enterraron en vida.

El 18 de agosto de 2019, Rosario Peña de la Cruz, dominicana de 15 años, salía de un curso que hacía los domingos. Mientras esperaba al carro para ir a su casa, llegó un hombre a motor. Éste le comentó que si quería una bola, a lo que la menor aceptó.

Durante el camino, el hombre se desvió en el parque Los Molinos, la metió en un monte en la orilla del mar y abusó de ella. Mientras le decía que si lo encontraba la mataría, se subió encima de la menor y aprovechó para penetrarla.

Una vez terminados los hechos, el hombre la dejó tirada y se llevó sus pertenencias. Ese día la enterraron en vida.

El 6 de febrero de 2021, Ángela Castillo Gómez salió de la escuela, después de tomar un carro se quedó en la calle. Mientras esperaba para ir a su casa, apareció un señor vestido de policía subido en un motor.

Éste le preguntó que porqué estaba sola, a lo que Gómez respondió que esperaba a la guagua. Ante la respuesta, le dijo que se montara al motor, pues era policía. Ella le insistió que no lo haría, que esperaba a una persona.

En ese momento, él le mostró una pistola, amenazándola, le obligó a subirse al motor. Después de muchas vueltas en Las Américas, se paró delante de Los Tres Ojos, en un monte debajo del puente.

En el momento le dijo que era un atraco. El motorista le pidió el celular y que se sentara en el piso, que se masturbase y que se quitara la ropa para penetrarla a la fuerza.

«Me dijo que me quite la ropa, me empezó a violentar, me dijo que no grite, me dio un golpe en la cabeza (…) Me dijo que porqué yo gritaba tanto, si él tenía una niña de nueve años y a ella no le dolía», declaró Castillo Gómez.

Cuando los hechos terminaron, él huyó con lo robado y la ropa interior de la víctima, al grito de «tengo VIH». Ese día la enterraron en vida.

  • Todos estos testimonios están basados en hechos reales, donde los nombres se han modificado para la protección de las víctimas. El autor e imputado, Marino Ruiz, conocido como Marinito, fue acusado de más de  20 violaciones y abusos sexuales, todos ellos con robo.

El hombre, de 35 años y nacionalidad dominicana, se hacía pasar por policía, militar o guardia de seguridad para ganarse la «confianza» de sus víctimas y subirlas a su motor, para más tarde asaltarlas.

 

EDWIN VALDEZ

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